Sitges, 2012. Hay que decir que esta conversación siempre será una conversación incompleta. De hecho, no puede ser otra cosa, simplemente porque es un breve fragmento de un diálogo que se prolongó durante varios días, reducidos a varias horas, ahora a unos pocos minutos. Es más, simplemente es un fragmento de una conversación que se prolonga durante varios años y continuará quién sabe cuántos más, con nuestros meses de silencios y nuestras respuestas intempestivas. Es una conversación con alguien que presentaba su primera película en nuestro país (salvando aquella presentación barcelonesa privada, un asunto de unos pocos), luego un desconocido, después de todo (como si eso importara algo). Lo importante era hablar de cine desde la oportunidad que nos daba la amistad, el tiempo, el saber que podemos ir y volver, y seguir grabando, retomar temas tan viejos como nosotros o tan nuevos… Eso y la sinceridad. Conocer cómo se hace cine desde las dudas, temores y esperanzas personales.
Número cuatro
Nuestro tiempo